Roser Bru, grabadora, pintora (1961/1969)

Crítiques de Joan Cortés (Barcelona, 1898 - Santander, 1969), a La Vanguardia (9-III-1961 / 6-IV-1969), sobre obra de Roser Bru, artista que va morir el 26 de maig. Filla de Lluís Bru Jardí (Tivissa, 1894 - Santiago de Xile, 1945), diputat d’ERC, Roser Bru Llop (Barcelona, 1923 - Santiago de Xile, 2021) i el seu pare van viatjar a l’exili en el mític Winnipeg llogat pel poeta Pablo Neruda, llavors cònsol xilè a França, per protegir refugiats espanyols. 

Bru, grabadora (9-III-1961). Por breves días expone en Sala Gaspar una colección de admirables grabados la artista barcelonesa Roser Bru. Residente en Chile ya desde hace varios años, estudió allí la especialidad en el obrador que fundara Nemesio Antúnez con el nombre de “Taller 99”. La categoría de su arte ha sido reconocida con todos los honores, y en diversas ocasiones fue elegida su producción para representar a Chile en las manifestaciones artísticas internacionales más importantes que se han efectuado. Su carrera ha sido jalonada por repetidos triunfos obtenidos en Argentina, Uruguay, Perú, Bolivia, Méjico y, desde luego, en el mismo Chile. Vemos en la muestra que nos ofrece una maestría de primer orden, rindiendo con limpia seguridad y a través de la pertinente utilización de los recursos del oficio, las más tenues y ahiladas grafías, las más delicadas medias tintas, de unas composiciones concebidas y plasmadas en todos sus pormenores con escrupulosa atención por la técnica en que habían de ser resueltas. La gracia y la elegancia en el diseño, la autoridad en el trazo y la armonía del tintaje en sus gradaciones son demostrativos de un talento que hay que tomar en seria consideración. Entre los grabados exhibidos se incluye una serie de diez realizaciones dedicadas a ilustrar el libro del poeta chileno Neruda Diez odas para diez grabados, cuya edición en alta bibliofilia ha de ser realizada en breve en nuestra ciudad.

Bru pintora (6-IV-1969). En “Ianua”, la pintora catalana Roser Bru, residente hace ya muchos años en Chile, lo que no le priva, ni mucho menos, de venir a vernos repetidas veces y darnos a conocer su producción, se presenta nuevamente a nuestro público, en el cual cuenta con copiosos admiradores. Su exposición consta de algunas pinturas y una extensa colección de grabados, de la que forman parte los que ilustran varios libros que son exhibidos también en esta ocasión. Prosigue la pintora, en su pintura, a poca diferencia, dentro de la tónica abstractista en que le conocimos. No obstante, en esta muestra lo que alcanza mayor importancia es el grabado, que practica la artista con admirable dominio y seguridad en sus diferentes modalidades, de las cuales nos ofrece variado ejemplario. Al lado de una aguda penetración psicológica, de su intención más allá del estricto trasunto del tema y de una postura reivindicativa tanto más oscura cuanto más ambiciosa se hace, son igualmente prendas muy merecedoras de ser tenidas en cuenta, el fuerte instinto gráfico, el gusto plástico y el bello juego de tonalidades con que está llevada a término la realización de estos grabados que califican a Roser Bru como maestra indiscutible del género.