¿Qué prefieren comer los barceloneses?
Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsSe acaba de publicar un libro lleno de interés, no sólo por su actualidad, sino también por su curiosa significación. Se trata de Barcelona en 50 menús de Carmen Casas y Guillermina Botaya. Sus autoras pidieron a medio centenar de restaurantes de Barcelona un menú con dos platos y postre, con lo cual se han reunido ciento cincuenta recetas de los platos que en este año de gracia de 1983, los restauradores creen que son sus mejores creaciones o los preferidos por los ciudadanos, sus clientes. […] A ninguno de los cincuenta cocineros se le ha ocurrido ofrecer los platos de nuestra cocina, tales como los canelones tradicionales, el “bacallà a la llauna”, “l’escuella i carn d’olla”, “tripes a la catalana”, “fetge amb ceba”, “cap i pota”, “mandonguilles”, “llomillo amb mongetes”, “fideus a la cassola”, el “estofat”. No viene ni la típica “zarzuela”, que nació precisamente en Barcelona, si no ando errado, la “botifarra amb rovellons”, el “llomillo amb seques”, el “estofat de cigrons, amb espinacs i ou dur”, el “arròs a la milanesa”, que desde hace un siglo el genio gastronómico de Barcelona transformó. Tampoco aparecen el “arroz de bacalao con alcachofas”, o la “coliflor con bechamel gratinada al horno”, o los “libritos de lomo de cerdo con jamón y queso”, o los “macarrones” que es plato delicadamente barcelonés, o un pollo o un bacalao con chanfaina, que es, a mi modo de ver, la suprema creación de nuestro genio gastronómico. Y así sucesivamente. Me dirán que los clientes no los piden y prefieren la nueva cocina y la invención tensa y continua de los artistas cocineros. Es posible que sea así y que yo ande equivocado, pero a base de tanta imaginación se perderá nuestra cocina y nadie pedirá estos platos, sobremanera si no se los ofrecen. A pesar de nuestras tozudas afirmaciones de que somos pueblo apegado a sus tradiciones, fiel a sus costumbres, no creemos que sea cierto. […]