"Política de avestruces (1936)"
Peces Històriques Triades Per Josep Maria Casasús
De l’editorial publicat aquest mes fa 85 anys a Tierra y Libertad (15-V-1936), atribuït a Abad de Santillán (Reyero, Lleó, 1897 - Barcelona, 1983), anarquista format en humanitats i medicina. Era un toc d’atenció contra la indiferència ingènua del poder democràtic i de la societat espanyola davant indicis creixents d’un cop d’estat contra la legalitat republicana.
No están muy lejanos los tiempos en que, aun en nuestros medios, se quería dudar de la existencia del fascismo en España, como fuerza digna de tenerse en cuenta. Se solía salir del paso diciendo que España es así o asá y que semejante mentalidad no cuajaba, ni podía cuajar en ella. Se argumentaba que se miraban las cosas a través de cristales de aumento, que el peligro era un simple fruto de la imaginación. El que más y el que menos escondía la cabeza bajo las alas y se rehusaba a ver la realidad y a afrontarla debidamente. Nos cabe la triste satisfacción de no haber compartido esos criterios y de haber afirmado siempre que el fascismo es posible en España como en la Conchinchina, que no es cuestión de raza ni de clima, que se trata de una última tentativa desesperada del capitalismo para afianzar sus posiciones insostenibles, que la política del avestruz ante el peligro podía sernos nefasta y que era conveniente abrir los ojos y obrar serena y reflexivamente para que esas formas de reacción no se adueñasen de la vida política y de los instrumentos del mando. Desde que nosotros hablábamos así, exhortando a seguir con atención el desarrollo de los gérmenes entonces apenas ofensivos del fascismo, han pasado más de dos años y ya no es un secreto para nadie que el fascismo existe, que ha comenzado su ofensiva, que tiene arraigo en todo el señoritismo ocioso de ciudades y aldeas, en los cuerpos policíacos, en el ejército y hasta en algunos trabajadores extraviados. Es necesario presentar las cosas como son y no velarlas ni con optimismo ingenuo ni con colores de tragedia irremediable. Para vencer un mal, lo primero que hace falta es conocerlo. Y el fascismo, que es uno de los peores males que puede caer sobre una colectividad, está ahí, en lucha abierta, afrontando las persecuciones del momento, dando la cara, llenando las cárceles, preparándose en todos los terrenos. Tiene el fascismo en España de su parte factores que no han tenido, ni podían tener nunca, las fuerzas sociales revolucionarias de los trabajadores: grandes recursos financieros, el apoyo y la dirección de técnicos políticos y militares, el respaldo del clero todavía poderoso y agresivo en España, una influencia innegable en todas las esferas de la administración del Estado, en la alta industria. […] La socialdemocracia y el partido comunista alemán confiaron a las urnas la acción suprema contra el hitlerismo; los socialistas austríacos recurrieron a las armas cuando era ya demasiado tarde. En España es posible que no se hayan perdido del todo los ejemplos de Italia, de Alemania y de Austria. Pero la participación más o menos influyente de un sector tan importante como la UGT en la vida del Gobierno republicano, a través de sus dirigentes, nos hace temer que se ponga en el Estado una fe suicida y que se pida a la Guardia Civil y a la policía que defiendan a España contra el fascismo, hasta que sea demasiado tarde y luego la ofensiva directa sea estéril. […]