ABANSD’ARA
Opinió05/11/2021

Libro fuerte e incompleto de Víctor Català

Peces Històriques Triades Per Josep Maria Casasús

JOAN MARAGALL 1902
i JOAN MARAGALL 1902

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsDe l’article de Joan Maragall (Barcelona, 1860-1911) a Diario de Barcelona (13-XI-1902). Encara no sabia que Víctor Català era el pseudònim de Caterina Albert (l’Escala, 1869-1966). Ella l’hi va revelar un mes després. L’espectacle Víctor C. (fins demà al Teatre Nacional de Catalunya) ha desvetllat l’interès per les opinions de Maragall sobre Víctor Català.

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Drames rurals, de Víctor Català, es un libro fuerte e incompleto como toda obra artística que está directamente inspirada en una visión parcial de la realidad viviente. En este libro la vida del campo y de sus gentes está hondamente sentida; pero en la confección del mismo ha presidido un propósito: el de revelar sólo lo duro, lo acerbo, lo horrible, lo lastimoso o repugnante de la simplicidad campesina. Si esto no fuera un propósito, habría de creer que, en la visión que el autor tiene de la vida rural, lo característico y lo dominante son los horrores y las miserias, lo cual indicaría un espíritu enfermo, aunque potente; o que la vida del campo es realmente, por su esencia horrible y miserable, cosa inaceptable para todo aquel que se sienta penetrado de la divina armonía, que es esencia de todas las cosas. Y como Víctor Català se ha mostrado bien penetrado de la divina armonía en obras anteriores de poesía, nosotros nos resistimos a ver ahora en sus siniestros Drames rurals una realidad completa o una visión enferma, y preferimos reconocer un propósito de unidad externa del libro señalada ya por el título. Víctor Català ha penetrado hondamente, artísticamente, en la vida del campo, y ha encontrado en ella mucha tristeza fuerte. Al lado y mezclándose con ella habrá encontrado también fuertes consuelos y alegrías y, sobre todo, una gran pureza; pero, en vez de revelarnos una visión total que comprendiera a todo ello, única verdaderamente real y necesariamente armónica, movido quizá por un sentimiento de piedad casi cruel de puro exaltado, de una cierta piedad oriental, o dominado por un estado accidental de su espíritu, o llevado, quizá, por un capricho literario (que su fortaleza artística debiera combatir y vencer), ha optado por darnos exclusivamente ahora un lado obscuro de la vida, reservándonos tal vez el claro para otro día. Pero nosotros necesitamos protestar de unas revelaciones fragmentarias, porque a todos enturbian el sentimiento de la vida, y en muchos espíritus débiles o en formación pueden corromperlo o falsearlo definitivamente. Y este aspecto social del arte, que al artista en sí puede serle indiferente, no es lícito olvidarlo cuando se pretende mover todos los corazones dando la obra a lo que se llama el gran público. […] El libro ya está hecho; pero, tal como es, contiene buenas señales para futuras obras de su autor. […] Dirá las verdades de la vida el día en que olvidado de que “escribe”, escuche sólo la luz viva que enuncia las verdades en su interior, y se despreocupe de componer el cuadro ; el día en que cumpla la sublime fórmula artística de Goethe: “Decir con simplicidad una cosa fuerte.” Aquel día Víctor Català verá la realidad limpia y armónica y tendrá fuerte estilo en prosa. Para aquel día auguramos gloria en la literatura catalana a quien hoy es ya de ella muy adelantada esperanza.