Manuel Chaves Nogales
11/07/2017

Después de haberse comido el sapo ( 1936)

Peces històriques triades per Josep Maria CasasúsCuando a los hombres de la derecha y del centro se les pide una explicación de lo que pasa en Cataluña le cuentan a uno un cuento. Es muy bonito. Dos aldeanos van de camino. Uno de ellos lleva del ronzal una vaca. Junto a una charca encuentran un sapo, que produce en el de la vaca un gesto de repugnancia. El otro aldeano, por llevar la contraria a su compañero, afirma entonces que el sapo es un animal como otro cualquiera, ni más ni menos repugnante que los demás seres vivos que a diario sirven de alimento al hombre. “¿Tú serías capaz de comerte un sapo?”, arguye el de la vaca. “Me lo comería si hubiera necesidad”, contesta. Disputan estos compadres y al final, como no se ponen de acuerdo, apuestan. “Te doy la vaca si eres capaz de comerte el sapo.” La codicia y el amor propio fuerzan al aldeano a coger el sapo y comérselo, cerrando los ojos de asco y conteniendo las náuseas que le dan cuando quiere vencer la repugnancia que indudablemente siente. El otro ve, acongojado, que su compadre es capaz, efectivamente, de tragarse el sapo, y ante el temor de quedarse sin la vaca que alegremente había apostado se aprovecha de las náuseas que el otro está pasando en aquellos instantes y le propone: “¿Me devuelves la vaca si soy capaz de comerme el medio sapo que te queda!”. El comedor de sapos ve en esta oportunísima proposición un modo inmediato de librarse del tormento a que está sometido y alarga el pedazo de sapo que le queda a su compadre, quien cierra los ojos y se lo traga. Siguen su camino silencioso, los dos compadres. Al cabo de un rato se paran. Se miran frente a frente y se preguntan, estupefactos: “¿Y por qué nos habremos comido un sapo?”. […] Hay que reconocer que esta fabulilla refleja bastante bien lo que ha pasado en Cataluña. ¿Por qué se han comido el sapo el aldeano de la derecha y el de la izquierda? Si ninguno de los dos era capaz de tragárselo entero y quedarse con la vaca, ¿por qué pasaron ambos por el mal trance? Si las izquierdas no querían lanzarse a una aventura revolucionaria -ya se ve hoy bien claro que no lo quieren-, ¿por qué la intentaron? Si las derechas no pretendían acabar con el régimen autonómico, ¿por qué fueron contra él? Ahora, después de haberse comido el sapo mitad por mitad, resulta que ni las derechas fueron capaces de acabar con el Estatuto ni las izquierdas quieren otra cosa que mantenerlo. […]