Canet: “Sis Hores de Cançó” (1975)

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsLo principal de las “Sis Hores de Cançó”, de Canet, era estar allí. No es que el motivo fuera lo de menos, ni que el cartel artístico fuera poco relevante… pero lo que verdaderamente importaba, lo primordial, era estar presente. Era una de estas ocasiones en que se invierten los papeles y el auditorio asume el protagonismo mientras los artistas actuantes se quedan en pretexto para la reunión. La reunión, en sí misma, es lo que vale. Y a la reunión acudió una multitud inmensa, imposible de contar. Se bloquearon todos los accesos, durante horas, lo que ocasionó un completo colapso arterial. […] La Meca de aquella descomunal peregrinación que desbordó todas les previsiones para el recinto de festivales de Canet de Mar, preparado ex profeso, y el motivo de la convocatoria era el de escuchar a determinados cantantes. Había circulado un programa con los nombres de Falsterbo 3, Marina Rosell, Teresa Rebull, Rafael Subirachs, Dolors Laffitte, La Trinca, U.C., Pere Tapias, Maria del Mar Bonet, Ovidi Montllor y Francesc Pi de la Serra. Este era el elenco estelar que llamaba espectadores pero, al cabo, la razón principal era la de estar allí. Era la de patentizar una presencia y con ella una afirmación. Una afirmación que iba mucho más allá del simple respaldo a una actitud cívica, cultural, social y lingüística reconocida en los cantantes del programa. Se quedaría corto -o caería en ingenuidad pueril- quien creyera poder deducir del entusiasmo de aquel acto una mera adhesión juvenil, popular y verbenera al hecho concreto de la canción catalana. A quien no le pareciese esto bastante claro no le cabría ya ninguna duda al escuchar las mayores ovaciones, con un acento ideológico especial, dedicadas a los cantantes comprometidos en reivindicaciones ultracatalanas, mientras un grupo popularísimo como La Trinca escuchaba sonora repulsa. La Trinca, que canta en catalán y nada más que en catalán, y que su génesis y su idiosincrasia son típicamente catalanas. ¡Y del mismo Canet, nada menos! La Trinca, que además, por intermedio de su mecanismo profesional “Pebrots”, era productora de las “Sis Hores de Cançó” y, por tanto, responsable del certamen, de manera que era el mismo grupo de La Trinca el que había brindado a los más radicales la oportunidad de abuchearle. […] Otro hecho a destacar fue el del civismo imperante. Toda aquella inmensa multitud juvenil se sintió libre y solidaria y supo evitar el error de caer en el barullo, en el desorden violento, en la provocación, que hubiera podido ser fácilmente utilizada en su contra. Muy lejos de esto, dio rienda suelta a su exuberancia, a su efervescencia juvenil pero dando colectivamente una prueba de fina sensibilidad cívica. […]