Carlos Sentís 1945
30/01/2020

Las películas de los campos de concentración

2 min
Las películas de los campos de concentración

Peces Històriques Triades Per Josep Maria Casasús[...]

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En el momento en que escribo este cable, Hess está con la barbilla aplastando materialmente su corbata. […] Ribbentrop, por el contrario, toma hoy muchas notas, tantas casi como Goering. […] Ya me levantaba para poner este cablegrama, […] cuando el fiscal ha anunciado que iban a proyectarse en la pantalla las películas de todos los campos de concentración. La sala se llena como nunca y después de un exordio que ha envuelto toda la sala en un tremendo ambiente dramático, han reforzado la guardia, han apagado las luces, dejando, sin embargo, unos imprevistos focos que iluminaban el rostro y medio cuerpo de los acusados. Ignoro si las luces tenían por objeto poderles vigilar durante la proyección o permitir observar a los periodistas y al Tribunal hasta las más pequeñas reacciones de los procesados. Cuando sobre la pantalla han empezado a moverse las primeras imágenes, todos, con auténtica atención, han vuelto la cabeza para mirar la proyección, con la excepción del doctor Schacht, que, colocado de entre todos el más cercano a la pantalla, se ha vuelto ostensiblemente al otro lado, o sea, de cara a nosotros y ha adoptado una actitud petrificada, que ha mantenido todo el largo rato que ha durado la proyección de todos los “films” de los campos de concentración, tanto los que ocuparon los americanos como los apresados por los ingleses. No se ha ahorrado nada, ni en las imágenes, algunas de ellas inéditas, ni en los comentarios que los auriculares daban vertidos en los cuatro idiomas. Ribbentrop algunas veces dejaba de mirar, pero todos los demás estaban pendientes de la pantalla, como materialmente hipnotizados. Cuando el comentarista o locutor cesaba de hablar por unos momentos, planeaba por la sala un silencio que tenía algo de trágico. […] Nadie esperaba las películas de los campos de concentración hasta el final del proceso e incluso todos razonaban diciendo que se presentarían a manera de remate. Esto parecía lo más lógico. Sin embargo, los americanos las han lanzado justamente al terminar el día más apacible, más sosegado que se ha producido desde que comenzó este proceso, que no sólo por su alcance, sino también por su montaje, pueden llamar los americanos “el más grande de la Historia”. Todas estas y otras reflexiones han acabado cuando se han encendido las luces repentinamente. […] Goering, con las espaldas metidas para dentro, miraba hacia el suelo, encendida de rojo toda su cabeza. […] Fritsche estaba como la cera. Los primeros en levantarse y mirar arriba y abajo con toda serenidad han sido Von Popen y Von Neurath, que con Doenitz han quedado impasibles y naturalísimos hasta que han salido de la sala con sus carpetas de documentos bajo el brazo, como cuando eran ministros y tenían dentro de ellas el destino de Europa y no los papeles con que hoy defienden sus vidas.

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