Con calma, seguridad y tiempo
Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsSi Cataluña es una nación, entonces le corresponde la independencia. Han sido necesarios, o han bastado, diez años sin dictadura para que esta verdad de Perogrullo regrese del subconsciente y vuelva a instalarse en la conciencia de muchos catalanes: los independentistas tranquilos.
Dijo Nietzsche que quien pasa cuarenta años -dijo cuarenta- luchando contra el dragón, acaba por volverse dragón. Adquiridas en la oposición algunas de las maneras del franquismo, una vez fallecido el dictador los políticos catalanes han empleado diez años perdiendo aquellas maneras a base de usarlas. Un partido catalán sometiéndose voluntariamente a un partido español. Otro, intentando gobernar España: a la manera de los españoles, que intentan gobernar Cataluña. Parte de la "intelligentsia" emigrando a Madrid. Envidia e intento de imitación del curiosísimo fenómeno de la "movida madrileña". Obediencia de juicio respecto del bilingüismo, la supresión constitucional de las relaciones entre Cataluña, el País Valenciano y las Islas Baleares y la condición de españoles. […]
Pasamos diez años, aparecen tres aspectos muy positivos para la expansión en una parte de la sociedad, y la expansión en la otra, de la independencia como el mejor camino para la paz, la prosperidad y la libertad tanto individuales como colectivas; uno, que España ha dejado de ser principal cliente de los productos, bienes y servicios que pueden ofrecer el País Valenciano, las Islas Baleares y Cataluña. Dos, que los ciudadanos de esta nación procedentes de otras tierras han decidido, en aplastante mayoría, no irse; es decir, quedarse; es decir, darse cuenta de que a la hora de repartir palos el Gobierno español no distingue entre ciudadanos nuevos y ciudadanos viejos; con lo que la división del voto por motivo de origen más o menos lejano se va desdibujando a cada elección: los partidos españoles en Cataluña a cada elección están menos seguros de los votantes de origen español. […]