22/08/2021

El ‘pijo’ internacional (segona part)

Al pijo internacional l’elegància clàssica li suposa un destorb i baixa a esmorzar a la terrassa del Ritz vestit, de cap a peus, amb un xandall de teixit tecnològic de color negre de Nike, tot i que l’únic esport que practica realment és el de ser propietari d’un equip de futbol de segona divisió que, amb entusiasme i finançament a raig, confiem que aviat segur que pujarà a Primera. Ha aterrat a París (no hi ha pandèmia que aturi un pijo internacional) perquè han quedat per sopar a la Brasserie Lipp, que és informal i s’hi respira un ambient “todo simpático ”, amb el seu fill gran, que, juntament amb dos amics que va conèixer quan estudiava a l’internat danès de Herlufsholm, porta sis mesos recorrent Europa amb una vella Volskwagen Kombi a la qual han canviat el motor de combustió per un d’elèctric perquè, com vostès ja es poden imaginar, estan tots tres molt preocupats, preocupadíssims, pel desglaç dels pols. El viatge l’estan retransmetent per Instagram per tal de conscienciar altres joves com ells que davant l’emergència climàtica no podem quedar-nos sense fer res. De fet, han creat una start-up a través de la qual venen dessuadores de cotó, per descomptat orgànic, amb lemes brodats en anglès, perquè els entenguin fins i tot els analfabets, del tipus “No one will move for you ” o “Get going ”.

La mare d’aquest primogènit eco-friendly, eco-emprenedor i eco-eco va ser la primera dona del pijo internacional, una manresana filla d’una d’aquelles nissagues tèxtils que als noranta es van esfumar, que tothom coincideix a dir que, en primer lloc, va ser imprescindible per crear-li al pijo internacional un marc d’estabilitat perquè pogués desplegar les seves múltiples habilitats inversores i, segonament i fonamental, que era una dona molt elegant:

Cargando
No hay anuncios

La otra tarde que estábamos merendando en la torre con tu prima Jenara i las niñas, que por cierto están pollísimas, nos dio por revisar álbumes, así de aburridas estábamos, y viendo las fotos me acordé de Lali Burés, que Dios guarde, la mujer de Puco, qué pena la pobre... Nos quedamos fascinadas, incluso las niñas que siempre parece que estén en baiba resucitaron al verla... Es la mujer más elegante que he conocido, no ha habido otra, y mira que a mi lo de la elegancia me la trae al pairo, pero ella, que para nada era guapa, destacava sin querer, qué estilazo... Hay una foto, que yo creo que me la mandó la Polakof que siempre andava dando la lata con la cámara, en la que están ella y Puco, delgadísimo, hablando con tu padre y con Carmen Romero en el puchero de Pere...

En el suquet, mamà, en el suquet...

Cargando
No hay anuncios

–…Está ideal en esa foto, ideal, con un vestido estampado que seguro que era de Manuel (pobre Manuel, todos los buenos se mueren, de verdad que qué pena), combinado con una gargantilla de corales y con una pochet de concha de esas con ponpón ¡y sin pendientes! ¡Qué atrevida!, ¡fíajete tú, sin pendientes!, ¡era la única que podia ir sin pendientes, qué lóbulos!... Divina total, ya te digo, y listísima además, porque siempre llevaba con ella un chal doblado en la mano, m’acuerdo perfectamente, estaba en todo, porque allí en Llofriu como te pille uno de esos huracanes ampurdaneses vas lista...

La tramuntana, mamà, la tramuntana...

Cargando
No hay anuncios

–…A partir de las doce todas despeluchadas y peladas de frío, titis totales, menos ella, claro, que, como tenía mucha cabeza, desplegaba el cachimir y a vivir... Qué importante es tener cabeza, ¿no te parece, cariño? Cabeza y cachemir. Bueno, pues un portento de señora, pobrecita, porque él, por mucho dinero que haya sabido hacer, siempre ha sido un piojo puesto en limpio. Si no llega a ser por ella... M’acuerdo que todas decíamos que “la florista” la imitava desesperadamente...

Joder, mamà...

Cargando
No hay anuncios

–...Pero con esos tobillos, imposible, ja podia anar fent. Te digo una cosa: esto del estilo tiene mucho que ver con saber reconocer dónde están los límites de cada una y en, claro está, no traspasarlos.

(Continuarà).